Crear un logotipo puede ser fácil. Incluso podemos caer en la tentación de intentar crearlo nosotros mismos sin el criterio de un profesional. Pero, desgraciadamente, al final, se nota la diferencia de un logo bien hecho y otro «chapucero» hecho por aficionados.
Primero, siempre hay que oír al cliente y que nos cuente qué es lo que le gustaría dejar reflejado en su logo. Y, con ese concepto previo, empezar un proceso que no es sencillo y valorar las distintas posibilidades.
Le llamamos logo a todo y esto es un concepto muy simplista del tema. Hay diferentes tipos:
- Logotipo: solo con letras (texto)
- Imagotipo: elemento pictográfico+ texto pero separados.
- Isotipo: solo hay imagen, sin letras.
- Isologo: elemento pictográfico + texto pero unidos.
¿Cómo debería ser un logo?
Hay aspectos básicos que no se pueden olvidar a la hora de diseñar un logo: - Que sea fácil, legible y memorizable.
- Que no use demasiada paleta de color(para no confundir) y siempre visualmente atractiva.
- Atemporal. Nunca debe ser estátici, porque un logo va a evolucionar y debe hacerlo a lo largo de los años y permanecerá su esencia pero irá adaptándose a las nuevas tendencias del mercado.
- Debe representar muy bien los valores de la marca y ser capaz de recoger, en una sola imagen, la esencia completa de la misma.
- Debes hablar con la marca para que diseñas el logo y hacerle una batería de preguntas que incluyan:
¿Qué es lo que ofreces? ¿A quién te quieres dirigir? ¿Qué idea de evolución tienes en tu empresa? ¿A quién admiras de tu competencia? ¿Por qué te gustaría llamar a tu marca de esa manera determinada?
No es un trabajo fácil, requiere muchas horas, tener el logo en distintos formatos aptos para todas los soportes, físicos y digitales y pensar mucho, hacer, descartar, hacer, descartar y, sobre todo, asesorar al cliente si detectas que su idea no va a resultar la más adecuada.
Todas las marcas buscan un logo memorable.
¿Necesitas el tuyo?
¡Escríbenos!
!Hasta la próxima!