Una web no deja de ser la casa de tu marca. Si prestas atención a tu casa, seguro que la tienes organizada en habitaciones, compartimentos, baños cerca de las habitaciones, cocina cerca del comedor. Pues hazte la idea de que tu página web es la casa virtual que van a recorrer tus usuarios y pon mucho mimo en que encuentren fácil el baño, que el comedor les facilite el acceso a la cocina fundamentalmente, que los dormitorios privados queden más alejados de la zona de día…
Esto es un símil muy válido para hacer mucho hincapié en la organización de una web para que sea cómoda de navegar y aporte una magnífica experiencia de usuario. Si una web tiene una estructura lógica, el SEO os descubrirá mucho más fácilmente. A Google le gusta todo muy ordenadito aunque nos vuelva locos continuamente.
¿Te podemos orientar? ¡Pues es allá vamos!
✔️ No marees a tus clientes. En un mundo en el que todo va una velocidad de vértigo y apenas se cliquea en segundos, si provocas facilidad en la navegación, coherencia visual y de contenido y buena imagen, conseguirás que se queden en tu página y llevarlos de tu mano a dónde tú quieras que vayan. Y que les merezca la pena el camino y el resultado final del mismo.
✔️ No te andes por las ramas. La información debe ser simple y directa. Los usuarios no tienen tiempo de interpretar y la competencia empuja así que facilítale la información a tus clientes.
✔️Aunque esto es tarea del programador, a Google hay que ponérselo fácil porque creedme, Google tiene muchísimo trabajo y va a rechazar todo aquello que le dé quebraderos de cabeza. Que todo tu contenido encaje con los algoritmos y bots de Google para que este te haga el honor de darte la visibilidad que mereces.
✔️ Organiza tus contenidos y prioriza los más importantes. Como se suele decir «si no aportas, aparta». Lo superfluo te resta puntos así que, ya sabes, lo importante siempre por delante.
Os ponemos un ejemplo básico de web sencilla de buena usabilidad. No te compliques, haznos caso.

  1. Página de inicio.
  2. Secciones o categorías principales.
  3. Secciones de segundo orden (van siempre dentro de las principales).
  4. Publicaciones libres. No tienen porque ser sobre tus productos o servicios, pero sí relacionadas y puntuales. Los usuarios no dejan de ser personas y lo emocional vende. Y mucho.
    Y ahí no queda todo. No se trata de crear tu web y echarte a dormir porque camarón que se duerme, ya sabéis. La web va a necesitar constantes actualizaciones sin cambiar ni un ápice la estructura pero puede ser que, en unos años, se haya quedado obsoleta y necesite, sin cambiar su base, una reestructuración más profunda.
    El mundo online es meteórico. La competencia es feroz y los click Durán segundos. ¡Pero no te desanimes! Con una buena estructura ya tienes bien puestos los cimientos.
    Después mucha dedicación y los ojos bien abiertos.
    ¡Hasta la próxima!